UNA TARDE EN EL COLEGIO...


Una tarde en el colegio,
con la lluvia en la ventana.
Unos niños ven un libro
otros miran la pizarra.

Y en el fondo, en una esquina,
hay un niño que se escapa,
que navega por los cielos
y la lluvia con sus lágrimas.

Es un niño, como tantos,
soñador en su mirada,
con el pelo arrebolado
que acentúa bien su cara.

Una cara de inocencia,
de pupilas sin nostalgia,
con pequeñas mariposas
que ya vuelan por su alma.

Y es aquí, donde comienzan,
los encantos y la magia,
de ese mundo incomprensible
de los gnomos y las hadas.

En la clase, en una esquina,
hay un banco con un arpa,
quizás busca la caricia
de una mano tierna y blanda.

Nuestro niño, el de los sueños,
da dos pasos hacia el alba,
a ese mundo que amanece
sin batuta y pentagrama.

Y se acerca sigiloso
hacia el arpa tan amada,
la acaricia con sus dedos
y en sus cuerdas traza un ancla.

"...Una tarde en el colegio
yo sentí que me llamabas
con tus ojos silenciosos
que me hablaban sin palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/09/16

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