LA BICICLETA CON FLORES...


La bicicleta con flores
conquistaba las miradas,
atraía los asombros
y despertaba las caras.

Porque aquella bicicleta,
con su aire de encantada,
paseaba con los sueños
de los chicos y muchachas.

Y lo hacía en los caminos
y en la arena de la playa,
al impulso de unas piernas
y los pies que la empujaban.

Una imagen sugerente
de la rueda antes citada,
y unas rosas entre ella
es la prueba que faltaba.

Mas volvamos al escrito
con salitres y resacas,
de la bici y esas flores
y la rueda con su magia.

Es muy fácil ser poeta
si consigues esa gracia,
la de ver, en cada instante,
a la vida como pasa.

Una fuente cantarina,
una prenda en la ventana,
el silencio en los senderos
y la paz de la montaña.

Estas son algunas muestras
de la rosa cautivada
con sus pétalos tan lindos
que en la bici se mostraban.

"...La bicicleta con flores
no se entiende sin palabras,
ni tampoco tantos besos
sin los labios a quien aman..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/17

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