¿POR QUÉ LLORAS...?


¿Por qué lloras bella niña,
si la barca está en el puerto?,
¿es acaso por amores
de un marino barquereño?

No contestes mis preguntas
y concéntrate en los rezos,
a la Virgen la Barquera
que te escucha con gran celo.

Si es, acaso, una aventura,
un capricho pasajero,
no te enfades ni te aflijas
porque tiene buen remedio.

Los amores van y vienen
por la tierra y por los cielos,
y de pronto, muy cansados,
buscan cuna en los recuerdos.

Pero hay uno que es distinto
y ese amor es verdadero,
cuando llegue hasta tu lado
sentirás que es algo nuevo.

Tiene mieles en los ojos
y latidos en los besos,
en los labios su saliva
es un néctar siempre fresco.

El amor que tú deseas
no se escribe con los dedos,
ni se esculpe en las paredes
al abrigo de los hielos.

Es galerna y marejada,
es pasión del mar eterno,
es la lira que ahora suena
y atraviesa por tu seno.

Por lo tanto no me llores,
bella niña de este cuento,
el amor que tanto buscas
lo tendrás de un marinero.

Es vecino de tu tierra,
compañero de tus juegos,
que te sigue en la distancia
aunque cargue con los remos.

Él va al mar día tras día
con la caña y sus anzuelos,
a pescar unos jornales
y ese pan de sus ancestros.

Volverá, nunca lo dudes,
La Barquera está muy dentro,
y tú estás en esa ermita,
bella niña de los sueños.

"...¿Por qué lloras sin descanso
y no escuchas a los vientos?
el nordeste de los mares
hoy te abraza en el silencio..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/01/17

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