ERA UN CAMINO...



Era un camino
antiguo y transitado
por el ganado.

Por él pasaba,
llevando sus ovejas,
un pastorcito.

Ojos azules,
carita sonrosada,
un buen guardián.

En el zurrón,
portaba la comida
y unos cuadernos.

Cuando en el campo
pastaban las ovejas
él escribía.

También leía
las letras que las nubes
le iban dictando.

Y así nacían
los versos y las rimas
de sus poemas.

Risas y llantos,
mezclados con balidos,
de las ovejas.

¡Qué hermosos sueños
quedaron atrapados
entre sus versos!

Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/19

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