4.357 - UN ROBLE CIEGO...



 Un roble ciego

se alzaba con sus ramas

entre las sombras.


Tú le mirabas,

buscabas a sus ojos

sin conseguirlo.


Era tu amigo,

también tu confidente

y tu almohada.


En su costado

dormiste muchas tardes

con el nordeste.


Aquella brisa,

lejana de los mares,

fue tu caricia.


Ahora la extrañas

y extrañas hasta el roble,

que están muy lejos.


Atrás quedaron

los días de colores

y juventud.


Días de sueños,

de brisas y suspiros

bajo los cielos.


Y a todo esto,

un roble, medio ciego,

secó tus lágrimas.


Rafael Sánchez Ortega ©

14/06/20

No hay comentarios: