4.375 - ESTABAS SOLA...



 Estabas sola

en un acantilado

sobre la costa.


Te vi y dudé,

¿qué hacías, margarita,

mirando al mar?


Fui a tu lado

llenando mis pupilas

con tu figura.


Cerré los ojos

para forjar un sueño,

y verte en él.


Pero la gracia,

la esencia de tu embrujo,

me fascinó.


Dejé mis sueños

perdidos en la nada

y fui a los tuyos.


¡Qué maravilla

mezclarme con tu mundo

de fantasía!


El mar, las algas,

los barcos navegando

con devoción.


Hubo un suspiro

y un beso de mis labios

para tus pétalos.


Rafael Sánchez Ortega ©

29/06/20

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