4.522 - UN CARAMELO...



Un caramelo

venía entre tus labios

hasta los míos.


Tú me brindaste

el néctar y la esencia

que compartimos.


Y sin dudarlo

fuimos saboreándole

muy lentamente.


Luego, el pañuelo

que llevas en tus manos

secó mis labios.


Así, la brisa,

llegando del nordeste,

me estremeció.


Conté los barcos,

lejanos, que cruzaban

el horizonte.


Perdí la cuenta,

las olas los tapaban

a cada instante.


Pero tus ojos,

silentes, me brindaron

una sonrisa.


Lancé un suspiro,

diciendo en él tu nombre,

y te abracé.


Luego, en un beso,

unimos nuestros sueños

y la inocencia.


Rafael Sánchez Ortega ©

26/11/20


¿Cuántas veces, teniendo un caramelo en la boca no hemos sentido algo parecido?... Así ese juego de la lengua con el caramelo, ese chupeteo una y otra vez, que no es compartido y, dejando correr la imaginación, llegamos a situaciones y escenas como las descritas y otras que guardamos celosamente en el alma... Estoy seguro de que todos hemos pasado por momentos parecidos, ¿verdad que sí?

No hay comentarios: