5.494 - UNA VENTANA...



Una ventana

se abría dulcemente

en la mañana.


El sol entraba

con rayos aún dormidos

que acariciaban.


Y tú, dormida, 

sentías su contacto

y despertabas.


¡Qué sensación

llegaba hasta tu cuerpo

con esos besos!


Besos del sol,

caricias de sus rayos

con gran ternura.


Acompañado

del canto de las aves

en el jardín.


Unos suspiros

salieron de tu pecho

hacia tus labios.


Los recogieron,

los míos que buscaban

ese regalo.


Y te abracé,

sin prisas y sin pausas,

querida mía.


Luego soñé,

despierto, en la mañana,

cuánto te amaba.


Y te lo dijo

la linda mariposas

que te envié.


Rafael Sánchez Ortega ©

03/06/23

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