5.498 - UNA MIRADA...



Una mirada

buscaba entre tus labios

cada mañana.


Si la encontraba

sentía que los cielos

me sonreían.


No era lo mismo

mirar por la ventana

sin tu sonrisa.


Y es que sin duda

la misma contagiaba

y me animaba.


Algo tenía

tu rostro inmaculado

que subyugaba.


Era ternura,

caricias encubiertas

y sencillez.


Pero en tus labios

el beso y el reproche

se conjugaban.


Tantos consejos

de madre preocupada

fueron vitales.


Y es que tú fuiste

bastión y referencia

de aquella infancia.


Hoy, que no existes,

ansío tu figura

porque te extraño.


Rafael Sánchez Ortega ©

07/06/23

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