QUIERO MARCHAR...


Quiero marchar a un mundo solitario
donde al amor respondan los silencios,
un mundo de pureza simplemente
que pueda resumirse en pocos versos.

Pero escapar, dejar en un instante
este presente absurdo del momento,
este seguir dudando entre la bruma
para acabar sumido entre los miedos...

...Hay mucha ensoñación en esta tarde,
y así lo reconozco y manifiesto,
porque escapar, de pronto, de la vida,
es una sensación de estar ya muerto.

Y hay que vivir, reír, gozar, llorar
si cabe de alegría y, por lo menos,
tener la sensación de ser tú mismo
y no la fotocopia de un tercero.

Porque en el fondo somos marionetas,
actores secundarios, sin saberlo,
que un día despertamos a la vida
y vemos nuestros ojos tan pequeños.

Entonces contemplamos la grandeza,
incluso todo aquello que tenemos,
y el niño se convierte en algo grande
pasando de bufón a ser maestro.

De nuevo te reclama la conciencia,
te dice que no agotes los momentos,
que entregues tus caricias, sin dudarlo,
y vivas, ¡cómo no!, sin los recuerdos.

Resaca de emociones, en el alma;
es hora de partir hacia otros puertos,
pero algo te retiene y te subyuga
¡la fuerza de la vida es más que un beso!

"...Quiero marchar a un mundo solitario
pero ¿qué haré en el mismo sin tu aliento?,
¿cómo vivir en él sin tu presencia
y sin tener los versos de tus sueños?..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/04/17

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