ATRÁS QUEDARON...



Atrás quedaron eternas primaveras,
llenas de magia, vividas con fervor,
también quedaron momentos muy hermosos
que al recordarlos se excita el corazón.

De esos instantes, que guardo en la memoria,
de vez en cuando los vivo por los dos,
y paseamos, unidas nuestras manos,
por los jardines, tranquilos, bajo el sol.

Es como un verso guardado en un cuaderno,
donde una rima se escapa hacia el gorrión,
es poesía que fluye y que renace
y que en el alma se vuelca con candor.

Por eso vibran aquellas primaveras
con un mensaje sencillo y la ilusión,
por conseguir que las nuevas golondrinas
dejen atrás estaciones de dolor.

Quedan, también, los fareros vigilantes
que con su luz guiarán la embarcación,
de aquellos hombres que reman duramente
para alcanzar, en el puerto, su Altazor.

Y quedas tú, mi juglar irreverente,
como el poeta que silba una canción,
mientras paseas tus ojos por el cielo
para robarle la esencia de su amor.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/09/17

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