4.086 - AQUEL CUERVO HERIDO...



Aquel cuervo herido
buscaba su lecho,
por flecha del  hombre
curtido y sereno,
bajaban sus alas,
caía hacia el suelo,
su pico movía
por falta de aliento,
me vio, en su agonía
pisando el terreno,
la dulce pradera
de trigos eternos,
y al ver sus heridas
sentí que mis dedos
querían curarle,
sanarlo sin miedo...

Pero era muy tarde,
un día de invierno,
las cinco ya daban
con sol a lo lejos,
entonces mis manos
buscaron su cuerpo,
limpiaron la sangre,
calmando su miedo,
y luego, sin prisas,
llevaron mis dedos
la triste figura
a un árbol pequeño,
en él dormiría,
de noche, al sereno,
y así, poco a poco,
tendría su premio...

"...Aquel cuervo herido,
cual niño pequeño,
sintió que una brisa
llegaba del cielo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/01/20

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