HE VISTO EL AJEDREZ...



He visto el ajedrez sobre la mesa.
Recuerdo las partidas que jugamos,
las tardes y momentos compartidos,
los ratos entre torres y caballos.

Me vino a la memoria una partida,
aquella que perdí bajo tus labios,
el beso que surgió fueron palabras;
palabras y silencios prolongados.

Jugabas con tu risa persistente,
el jaque se acercaba, sin dudarlo,
usabas la variante que una noche
te había yo enseñado con agrado.

Te vi atacar y no me importó nada,
ni quise, al rey, cubrirlo y enrocarlo,
dejé que progresaran tus alfiles
y esperé que llegara tu zarpazo.

Pero tú prolongando la agonía,
avanzaste el caballo con un salto,
atacando a la reina y a la torre,
y cambiando las normas de aquel acto.

Me quedé sorprendido con tu juego,
como un niño entre versos atrapado,
y entendí que tomaba la partida
una forma infeliz bajo tu mando.

Pretendías llevarme a tu terreno,
y cazar mis peones paso a paso,
bloquear a las torres inactivas
y llevar a la reyna hasta el cadalso.

Y lloré como lloran los cobardes,
sorprendido y cayendo en tus engaños,
y tendiendo mi rey sobre el tablero,
simplemente te dije: "Tú has ganado".

"...He visto el ajedrez sobre la mesa,
y de nuevo me he puesto a recordarlo,
tú ganaste, sin duda, la partida,
y perdí la caricia de tus manos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/18

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