QUIZÁS YA NO TE VUELVA A VER...



Quizás ya no te vuelva a ver,
y en realidad lo siento,
pero la vida pasa y continúa
y nos lleva por caminos diferentes.

Podríamos decir que es el destino,
que lo que tuvo que pasar atrás quedó,
con nuestros sueños,
y en mi caso con cristales olvidados
y esparcidos por el suelo.

Es posible que allí queden los recuerdos,
las imágenes sagradas de un instante
y un momento que se añora,
que te arranca mil suspiros
cuando vuelves hacia el mismo
tu memoria,
y hasta sientes el latido enamorado
de tu pecho, 
en ese acto inolvidable,
que regresa hasta tu lado,
como llegan las resacas a la playa.

Pero como ellas, 
son los ecos desgranados 
de una orquesta de la vida
los que llaman a la puerta,
los que vuelven del pasado
con nostalgia,
los que dejan el susurro 
de tu nombre,
los que vienen con el humo y el olor
de aquel cigarro que fumabas,
los que muestran ese faro reluciente
de tus ojos,
los que emiten aquel verso, de tus labios,
que sabías me gustaba,
los que dictan ese adiós
en tu partida "sin palabras"...

...Y ese eco, en la resaca que me llega,
en un algo que se apaga
y que se aleja,
porque siento que marchaste
y que marché,
que cambiamos de estación,
y que tomamos nuevos trenes 
que enfilaron un destino diferente,
y ninguno quiso hablar
ni compartir aquel momento
y hasta fue muy convincente
la mentira posterior 
que me ofreciste por teléfono
al decir que no me amabas.

Yo te pude revocar esas palabras
y hasta incluso demostrar 
que me mentías
porque había conservado tus escritos
en el alma,
porque escucho tus palabras
cada día,
(aunque ahora ya no sé
si me mentiste desde siempre).

"Quizás ya no te vuelva a ver",
tú me dijiste,
"y en realidad lo siento mucho", 
te contesto en el poema,
porque, a pesar de nuestras diferencias,
tenía la esperanza de decirte
todo esto cara a cara..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/18

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