UNA CINTA DE TUL, UNA VIOLETA...

Una cinta de tul, una violeta,
unos pasos que llegan caminando,
una dulce figura muy discreta
y mis ojos que miran venerando.

Un suspiro que sale del asceta
con el beso robado en contrabando;
es un niño que lanza su cometa
y lo eleva por diez, multiplicando.

Es la cinta de tul una sonrisa
y los pasos sonidos de campanas,
que mis ojos observan dulcemente.

El suspiro es el beso de la brisa
y aquel niño es el hombre con sus canas,
que te quiere y te ama simplemente.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/12/10

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