EN UN MAR TRANQUILO...



En un mar tranquilo
reposan sus restos,
la cara tranquila,
los dulces cabellos,
la tierna mirada
perdida en los cielos
y allí, entre las olas,
dos niños pequeños
miraban llorando
la sombra del féretro.

La luna se pone
crespones muy negros
omite la plata
y el brillo opulento,
que guarda entre nubes
y un tenso silencio;
abajo los niños
se mueren de sueño,
no quieren dormirse
pues quieren un beso.

Ya marcha el otoño
y llega el invierno,
la nieve y la lluvia
redoblan sus versos,
allí, donde yacen,
las mieles de un cuerpo;
y son esos niños
que escapan al miedo,
la nota encantada
que rompe el secreto.

Pequeños canijos
hoy sois el ejemplo,
el faro que brilla,
la luz del velero,
los labios sin nombre
buscando aquel pecho,
que ayer os buscaba
con gran embeleso,
y hoy duerme en el viaje
que lleva a lo eterno.

"...En un mar tranquilo
quedaron los restos,
las sombras doradas
el dulce entrecejo,
la bella sonrisa
y el pelo revuelto,
y allí, en su costado,
dos niños muy quietos,
su llanto guardaban,
soñando despiertos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/13

No hay comentarios: