TODO SE APILA Y DUERME EN LOS RECUERDOS...


Todo se apila y muere en los recuerdos
en medio de una gran melancolía,
y quedan los retales de la infancia
y aquellos juveniles con sonrisas.

Pero ese gran baúl que tanto tiene
conserva los latidos de una vida,
los restos del naufragio y la victoria
ocultos entre el polvo y bambalinas.

Allí te encontrarás los sentimientos,
las blancas y añoradas margaritas,
las bellas mariposas con sus trajes,
las sombras de gentiles golondrinas.

Aunque también, es fácil, que aparezcan
los odios bien mezclados con envidias,
las culpas de pecados juveniles
y esbozos de ilusiones sin heridas.

Todo se apila, es cierto, en los recuerdos,
y allí están, en confusa sincronía
los instantes más tiernos del pasado,
con los otros quebrándose en astillas.

Porque la vida es una y diferente
y cada cual retiene las caricias
de esa manera suya, irrenunciable,
para que sea siempre tan distinta.

Volvemos al recuerdo tantas veces
buscando el no sé qué que el alma grita,
ansiando la esperanza del mañana
en medio de nostalgias ya marchitas.

Y entonces tropezamos ese tiempo,
cruel y esplendoroso que se agita,
en medio de las sombras y el olvido
y quiere ser actor a toda prisa...

"...Todo se apila y duerme, en los recuerdos,
porque la vida sigue día a día,
y mueren y se apagan las pasiones
dejando entre la niebla sus cenizas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/12/13

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