LLEVO ESCRITO TU NOMBRE EN MI COSTADO...



Llevo escrito tu nombre en mi costado
a través del cincel de los poetas,
fueron letras y voces que emitían
en el cielo, y de noche, las estrellas.

Yo quería escucharte en el silencio,
embobado en la música selecta,
con aquel sugerente pentagrama,
que brindaban las sombras y las nieblas.

Pero tú que sabías las andanzas,
las visiones y sueños del asceta,
para nada querías que tu nombre
fuera el blanco de burlas y novelas.

Y bramaron las olas con denuedo,
y subieron deprisa las mareas,
protestando ante esta negativa
de tatuar a tu nombre en mi maleta.

Yo no sé como pude convencerte
ni arrancar ese "no" de tu cabeza,
pero sé que de pronto, una mañana,
tú ya estabas latiendo en mi conciencia.

Y volaste conmigo, en el velero,
por los mares profundos y las sendas,
arribando a los puertos más lejanos
y a caminos con nieves muy perpetuas.

Pero un día yo quise conocerte
y aspirar esa música perfecta,
el aroma que nace de tus senos
y la seda sutil de tus caderas.

Y tú entonces, saliste del letargo,
separando mis labios con presteza,
de los tuyos que andaban soñolientos
y embriagados de luces de bohemia.

Y así fue mi destino interrumpido
y tu nombre a mi pecho, en la gaveta,
donde queda guardado con esmero
esperando surgir en un poema.

Rafael Sánchez Ortega ©
07/12/13

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