ESPERABA...



Esperaba tu presunta
pregunta
y la misma no llegaba,
negaba,
el encanto de la vida
vivida.

Corre sangre por tu herida,
late presto el corazón,
y se pierde la razón
por la vida no vivida.

Fuimos dos gotas de vino
divino,
dos fraternales amantes
constantes,
dos corazones latiendo,
sintiendo

Por eso te estoy queriendo
y evoco esta devoción,
que sumada a la pasión
te digan que estoy sintiendo.

Porque el placer de adorarte,
amarte,
no es un afán ni un revés,
ya ves,
es infinita ternura,
cordura.

Es abordar la locura
con infinito placer,
es revivir el ayer
y rescatar la cordura.

Porque calmar al sediento,
con viento,
no es solución ni mantilla,
sencilla,
ya que precisa la fuente
corriente.

Para el amor tan ardiente
es necesario el valor
y hasta sufrir con dolor
por el amor más corriente.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/14

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