ES...


Es un grito que se escapa de la niebla,
una eterna y melodiosa letanía,
una nota desprendida de algún arpa,
un suspiro vacilante de la vida.

Es la flor que marchitada nunca muere,
una rosa con sus hojas amarillas,
una gota de la lluvia en los cristales,
un latido de ese pecho que palpita.

Es el hombre que camina con el hombre,
una cana plateada en su barbilla,
un bastón entre su mano vacilante,
una línea, sinuosa, en su sonrisa.

Es la vida que florece y que se escapa,
una larga sucesión de maravillas,
un crisol donde se forman las leyendas,
una estrofa del poema y despedida.

Es un árbol solitario y silencioso,
una rama coquetona y con ardillas,
una fuente que se encuentra en su costado,
un remanso de la paz que se precisa.

Es un niño que ahora mira el horizonte,
un navío, que a lo lejos, pasa y vira,
una tarde que se acaba lentamente,
un momento del ocaso de este día.

Es un verso en un poema desprendido,
unas letras deseando ser leídas,
un galope impetuoso de las almas,
unas gotas del rocío cristalinas.

Es tu imagen que conservo y que venero,
unos ojos infantiles y de niña,
unas manos juguetonas en mis manos,
unos labios en mis labios con la brisa.

"...Es un grito enamorado en las entrañas,
una fuerza superior a mil caricias,
un abrazo tembloroso de mis brazos,
y es un beso irreverente en tus mejillas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/05/15

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