NO QUIERO CONTINUAR CON LAS CADENAS...


No quiero continuar con las cadenas
que aferran a recuerdos y pasados,
no es bueno encadenar a nuestras almas
a tiempos y desiertos ya lejanos.

Repica el corazón en nuestros pechos,
resuenan los campanos y badajos,
el tierno cascabel de las ovejas
que buscan su comida por los campos.

Hay hombres que caminan el presente
y dejan el pasado ya olvidado,
librados de grilletes y cadenas
que apresen las muñecas de sus manos.

Por eso les animo en su aventura
y sigo sin cesar todos sus pasos,
aquellos que se inician con el alba
y acaban, por la tarde, sin dudarlo.

Eterna fantasía de los sueños
creada en la locura de un sudario,
las almas suspirando la cordura
y el pecho un alazán y desbocado.

Palabras y palabras, sin sentido,
precisos "bla, bla, blás", que son un tango,
preciosas sinfonías de una orquesta
saliendo sin parar de nuestros labios.

Por eso me remito a este comienzo
y digo que la vida no es un lazo,
tampoco la atadura de las almas
ancladas a recuerdos caducados.

La vida es una rosa palpitante,
un pétalo de amor en el costado,
la brisa de ese beso enternecido
que roza nuestros labios muy despacio.

"...La vida es el Amor, en cada esquina,
que surge y nos atrapa entre sus brazos,
la chispa, tan rebelde, que en el pecho,
espera al ser amado, sin dudarlo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/15

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