ENTRE LAS REJAS...



Entre las rejas del aire y del ayer
se pierde tu recuerdo y mi nostalgia.
Es algo que se escapa de mi alma, poco a poco,
que lleva en sus entrañas la esperanza,
el miedo, la ilusión, el desaliento
y todo va cubierto con la bruma de un amor,
ya marchitado y caducado, y un sentimiento
que se apaga y que se agota. 

...Porque la vida es aire y tienes frío,
al contacto de ese viento tan helado.
Porque las rejas del ayer están abiertas
y el beso de ese aire te estremece.
Porque sin duda vives y también sonríes
Porque en algunos ratos lloras sin saber por qué,
o si acaso, si lo sabes, te lo ocultas y lo guardas.
Porque eres libre para ser tú mismo
y por eso no cuestionas el pasado
ni te paras a pensar en el futuro.
Porque vives el presente que te abraza
y hasta sientes a sus dedos
como buscan a los tuyos cada día,
en este instante.
Porque las rosas tiemblan cuando tú las miras
y luego se marchitan cuando marchas.
Porque la mar tranquila se enfurece
cuando siente tu presencia
y te invita y desafía a nadar entre sus olas.
Porque la lluvia cae y tú la sientes
deslizarse por el cuerpo,
desnudarte poco a poco y mezclarse
con las lágrimas furtivas de tus ojos...

Pero por todo esto y mucho más,
tengo que amarte, Poesía,
y hasta seguir, sin vacilar, a los dictados
que me dejas en tus letras y en tus rimas,
tengo que ver el fondo de ese néctar agridulce
de la vida y conseguir saciar la copa que me brindas,
con su carga de utopía, entre mis sueños,
tengo que ser y estar aquí,
tras esta reja de aire y de nostalgia
para tomar el rumbo deseado,
para sentir ese latido que me lleve a las estrellas,
para buscar a Dios y al hombre en cada paso,
para saber que sí, que estás ahí,
en todo lo que veo y me rodea,
en todo lo que existe y deja huella,
en todo lo que late y que palpita,
incluso hasta en la roca inaccesible
de la cima y la montaña más lejana.

¡Tengo que amarte, sí, mi Poesía!,
aunque la vida escape y se me nuble la conciencia,
aunque la herida sangre y la vista me vacile,
aunque te sienta y no, a medida que se apague
mi linterna y la noche avance
y se apodere de mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/16

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