SONABAN LAS AGUAS...


Sonaban las aguas
del río bramando,
y abajo, en el pueblo
vibraba un tambor.

Sus sones distintos
tenían nostalgias,
quizás alegrías
carentes de voz.

Arriba, en el cielo,
nacían estrellas,
en noche profunda
de negra pasión.

Un barco en el puerto
dormía tranquilo,
sus velas plegadas
mirando a babor.

Y tú te reías
buscando la luna,
con cara de plata
y estela de sol.

Las luces del pueblo
también se encendían,
mostrando su encanto,
su luz y candor.

La iglesia, en penumbra,
también las campanas,
la torre en silencio
y el viejo reloj.

No marca las horas
ni mide la vida,
allí se ha quedado
como un girasol.

"...Y yo, ante tu puerta,
buscaba ese río,
sus aguas bravías,
tu voz y tu amor..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/16

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