HOY QUIERO...


Hoy quiero abrazarte, acariciarte
y apretarte contra mi
para decirte así, cuánto te quiero.

Con los ojos cerrados buscaré tu cuerpo
con mis manos,
dejaré que mis dedos dibujen unos versos
por tu piel
y les diré que vayan plasmando, letra a letra,
el mensaje imborrable del cariño
y el amor que quisiera transmitirte.

Es hermoso sentir tu presencia entre mis brazos,
y no quiero despertar, ni despertarte,
de este sueño.
Quiero que siga y que prosiga cada día
y que su latido fortalezca nuestras almas
para que la mía sienta a la tuya gritar,
sentir, pedir y rogar que la bese,
que la abrace, que la ame
y que la mire profundamente a esos ojos maravillosos
que están pidiendo simplemente una caricia,
un beso y una "nana".

Porque tu abrazo es un latido impetuoso,
una transfusión de vida,
una corriente con mil resacas en la playa,
un huracán deshilvanado que desata
las pasiones,
un volcán a la deriva deslizándose
por una montaña nevada,
y tú, allí, en medio,
mirando y gritando mi nombre,
y yo, aquí, extendiendo mi mano para tomar la tuya,
para sentir tus dedos con los míos
en una comunión irreversible.

...Te abrazo, sí, y te digo "buenos días".
Abro los ojos y te saludo con un beso interminable,
para luego recorrer tu piel con mis labios
y hacerla estremecer eternamente.

Por eso quiero abrazarte y apretarte,
para sentirte a mi lado y tan cerca,
que esa unión sea indivisible
y haga que nuestros cuerpos se junten
en un solo sentimiento, en una sola pasión,
en un solo segundo, hasta el fin de los tiempos.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/16

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