ERA UN TÚNEL Y UNAS VÍAS...



Era un túnel y unas vías
con un tren que no llegaba,
y unos ojos pequeñitos
que escondían las pestañas.

Las pupilas, soñadoras,
navegaban en la magia,
de los años infantiles
sin reconres ni resacas.

Bella imagen la del niño
que, durmiendo, se encontraba,
contemplando aquellas vías
bajo el manto de las hadas.

Él espera al mercancías
con su carga de chatarra,
y también al de las cinco
con los autos en su carga.

Se imagina unas barreras,
la estación tan añorada,
un reloj de travesía
y también una campana.

Y hasta un jefe de estación
con su gorra puritana
y el silbato entre sus dedos
para así fijar la marcha.

Tiernos sueños, los del niño,
que refleja en esta estampa,
traqueteo de sus sienes
por las vías plateadas.

Pero el tren sigue parado
y los túneles no engañan,
son pequeñas chimeneas,
¡ventanales para el alma!

"...Era un túnel y unas vías
y era un niño que soñaba,
un anciano, desde el cielo,
le arrullaba con su nana..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/17

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