HAGAMOS UN REPASO A LAS MANÍAS...



"Hagamos un repaso a las manías",
nos dijo el profesor con aire fresco,
y entonces nos rascamos la cabeza
tratando de aportar al mamotreto:
manías sibilinas y perversas,
manías que conducen al infierno,
manías rebuscadas y sutiles
y aquellas que causaron buen provecho.

Confieso que yo tengo mil manías,
(algunas que las tuve, y ya no tengo),
quedando las manías singulares
que luego, dentro de un rato, os diremos.

Maniático fui yo de las melenas
quizás porque la moda estaba en eso,
dejarse los cabellos bien colgando
y hacer tirabuzones con los sesos.
Maniático de largos pantalones,
incluso de bigotes y quevedos,
quizás porque la moda y la estulticia
mandaban en el reino de los feos.

Maniático también de las morenas,
y luego de sus labios y sus besos,
a cambio me ofrecían calabazas
los ojos tan vivaces y tan tiernos.
Maniático de rubias sin fronteras
llegadas del nordeste friolero,
Europa las mandaba los veranos
en busca de donjuanes soñolientos.

Manías de volar entre las nubes
rozando con mis manos a los cielos,
si acaso todo fueron ilusiones
plasmadas en las letras de los versos.
Manías de comer entre las horas
los platos y manjares suculentos,
ganando de mi madre la palmada
y un plato volador que bien recuerdo.
Manías de negarme con la sopa,
tomar el vaso de agua medio lleno,
pelarme las naranjas con la mano
y hurgarme las narices sin pañuelo.
Manías de comer el bocadillo,
compuesto de jamón y algo de queso,
con miel y mantequilla que mezclaba
y un poco de turrón de caramelo.

Manías de sentarme por los prados
manchando el pantalón tan peripuesto,
y todo por mirar a los gorriones,
que Bécquer nos dejara, tan contentos.
Manías de buscar en los bolsillos,
las llaves y carteras con pañuelos,
sintiendo que los mismos se estiraban
y haciendo más profundos sus cimientos.
Manías de buscar en la ensenada
los peces que llegaban a los puertos,
queriendo devolverlos a la vida
y ser el Peter Pan de los enfermos.


***

Hoy tengo otras manías singulares
las mismas de los tontos y los lelos,
(decimos lo de tontos por los locos
y lelos lo cambiamos por los memos)

Manías de vivir el día a día,
de ver y de mirar a los recuerdos,
viajando en el pasado y el presente
a un mundo singular y que no anhelo.
Manías de seguir siempre adelante,
de andar y de subir con pie derecho
los altos escalones de la vida
que llevan al amor, en el que creo.
Manías de pasarme por los labios
la lengua, por el beso de los vientos,
estando muy atento a las canciones
que deja en mis oídos sus arpegios.
Manías de quedarme en las mañanas
cubierto por las sábanas del lecho,
planchadas, con olor a suavizante,
y haciendo los minutos más extensos.
Manías de tener los calzoncillos
con rayas, y que vayan bien parejos,
con unos calcetines estirados
y siempre, bien planchados, por supuesto.
Manías de que tenga bien cerradas
las puertas del armario, donde duermo, 
es algo que no puedo tolerarlo
pues sumo corderitos hasta adviento.
Manías de tomarme los yogures
sin una cucharilla y revolverlos,
los pico y los agito por la base, 
y luego, simplemente, me los bebo.
Manías de leerme los periódicos,
(y ver en los finales, lo más cierto),
aquello que carece de importancia
para el loro y político del pueblo.
Manías de contar los corderitos
que cruzan por la noche los senderos,
en cuentas que no empiezan y terminan
y son la solución de los desvelos.

Manías y manías, simplemente,
su fila interminable va saliendo,
algunas se me olvidan y se apagan
y en otras se presentan al momento.
Por eso las manías que ahora exhibo,
son fruto de la mente, y el cerebro
mastica lentamente cada una,
dejando sus perfiles como un sello.
Manías de mirar a una persona,
de hablar y de charlar con compañeros,
de estar participando en las tareas
y luego compartiendo sus silencios.
Manías de reír sin tener ganas,
manías de llorar mirando al suelo,
manías de jurar, sin saber cómo,
manías de acabar este tormento.

"...Hagamos un repaso a las manías",
(nos dijo en una tarde José Pedro),
y aquí van, unas cuantas que han salido,
así, de carrerilla y porque quiero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/17

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