¡ESTÁS DESPIERTA?...


¿Estás despierta?...


No sé, quizás estás soñando,
pero no importa, algún día vendrás y volverás.
Te veré de nuevo y entonces podré repetirte
todo aquello que, hace tiempo, susurré en tus oídos
y que ahora no recuerdas.
¿Te imaginas algo parecido?...


Es posible que si eso sucediera
entonces tu confusión sería más grande todavía
y no sabrías dónde empiezan los sueños
y dónde termina la realidad,
porque habrías vivido intensamente mi abrazo,
habrías sentido mis besos,
habrías notado los latidos de mi pecho
y habríamos ahogado juntos, en la misma fuente,
la sed de nuestros cuerpos.


Pero no, no te estremezcas y no cierres los ojos ahora,
sigue leyendo.
Sigue estas letras una a una
para que veas lo que trato de decirte.
Te estoy amando así, en la distancia,
porque es imposible amarte de cerca
y compartir algo tan hermoso.
Te amo en el silencio de la noche,
mientras tú duermes,
y te acaricio mientras abrazas la almohada
incoscientemente.
Soy yo el que habla en tu oído,
el que susurra unas palabras para llevarte la paz
y el consuelo,
el que teje la madeja de tus sueños
y los hace deslizarse por un laberinto de pasiones
sin final.
Y soy yo el que te anima a levantar el cometa de colores
con tu fantasía,
el que te ayuda a luchar con el viento
que le besa y le arremolina,
y juntos conseguimos que se eleve en lo alto
y que a todos enseñe tu nombre.


No sé si estás soñando, pero no importa.
Quizás cuando despiertes leas estas letras
y entonces, al leerlas,
comprenderás lo mucho que te quiero.


Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/12

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