TE QUISE OFRECER AMOR...


Te quise ofrecer Amor,
todo cuanto yo tenía,
pero volaste muy lejos
con la mirada encendida.

Ibas cubierta de gloria
con la inocencia en ti misma
y hasta te ardía la cara
y las rosadas mejillas.

Ibas también tras los sueños
para saciar a tus prisas
y te olvidaste del mundo
y mi presencia cautiva.

Ibas cual rosa temprana
toda tan llena de vida,
que las alondras cantaron
para anunciar tu partida.

...Atrás me quedé, Amor,
con el silencio y la brisa,
con tantos sueños formados
de tu presencia y la mía.

Y me quedé con las olas
meditabundo en la orilla,
mirando al mar, sin mirarlo
y bajo de él la restinga.

Una gaviota temprana
trajo candor a mi vista,
y la seguí con su vuelo
hacia la costa sin prisa.

Nada tenía sentido
porque faltabas, mi niña,
nada alegraba mis ojos
ante tu ausencia y tu risa.

...Un día, años más tarde,
un viejecito dormía,
sólo y sentado en un banco
y junto a él una ardilla.

Era una ardilla preciosa
con la mirada divina
y hasta el viejito llegaba
sin arrogancia y malicia.

Éste la mira y sonríe
y ella sin más se retira,
para dejar el silencio
a quien paciente lo cuida.

Cierra los ojos entonces
nuestro viejito y suspira,
hay mil preguntas que nunca
nadie le hizo ni haría.

"...Te quise ofrecer Amor,
algo eterno a tu pupila,
pero volaste muy lejos
buscando otra fantasía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/12

No hay comentarios: