NO QUIERO COMPARTIR LA SOLEDAD...


No quiero compartir la soledad
ni que rompan tus ojos mi silencio,
quizás estoy cansado de la vida
y puede que no diga lo que siento.

Bendita claridad la de los locos
que buscan mariposas por el huerto
y sueñan con los globos de colores
que mandan con sus manos hacia el cielo.

Un día, puede ser, que se despierten,
en medio de la arena del desierto
y tracen unos signos con sus manos
que queden reflejados en el eco.

Ya vuelan las palomas de las alma,
suspiran los geranios en los tiestos
y llegan las oscuras golondrinas
huyendo de los fríos del invierno.

En ellas me recogo y me retiro,
me sacio de sus rimas y sus versos,
escucho la oración de los poetas
y luego las evoco con mis sueños.

Más quiero soledad para mi solo...
No quiero compartirla con recuerdos,
con viejas sinfonías del pasado,
nostalgias que se han ido y que ya han muerto.

Si un día el vil cansancio me domina
y salgo delirando con mis sueños,
espero que me entiendas y te calles
y sientas como tuyo mi silencio.

Hacemos un castillo en nuestras almas
dejando en soledad al sentimiento,
es fácil que las lágrimas resbalen
y salga de los pechos hacia el suelo.

"...No quiero compartir la soledad,
-decía en un susurro, sólo al viento-,
ni quiero que tus labios me pregunten,
la causa o la locura porque muero.

Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/12

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