ERA UN MUNDO DE PAPELES...


Era un mundo de papeles
de revistas y de libros,
donde sueños y alegrías
se juntaban con sigilo.

Era un mundo de cristal
en el alma de aquel niño,
que leía y releía
mil novelas de bolsillo.

Recortaba con tijeras
crucigramas con artículos,
reportajes con ensayos
que guardaba con gran mimo.

Pero el tiempo no perdona
ni el espacio es infinito,
y llegaron otros años
de inquietudes y suspiros.

Y vinieron las mudanzas
con el cambio de los pisos,
y los libros se quedaron
entre el polvo y el olvido.

Muchos años han pasado,
tantos ya, que no los sigo,
cuando un día, por la tarde,
de limpieza va aquel niño.

Y se encuentra las revistas,
con los libros intranquilos,
bajo el polvo y la miseria
entre cajas escondidos.

Allí están tantos tesoros,
viejos sueños primerizos,
que surgieron en la infancia
con piratas y con indios.

Allí están las ilusiones,
las princesas con su hechizo,
las sirenas de la playa
con sus cantos y sonidos.

Y allí duermen los susurros,
los claveles y los lirios,
que nacieron en el alma
de aquel tiempo ya marchito.

Pero es tiempo del otoño,
con los cielos tan sombríos,
y es el tiempo de limpieza
de rincones escondidos.

Y los libros van saliendo
sin saber bien su destino,
entre lágrimas furtivas
y recuerdos infinitos.

Porque un mundo y una vida
van en ellos muy unidos,
con el alma de aquel hombre
que ahora debe suprimirlos.

Allí van las emociones,
los retratos y el cariño,
que sirvieron de modelo
para amar y ser querido.

Una lágrima se pierde
y se funde sin motivo
en los labios temblorosos
que han soñado y han leído.

"...Era un mundo de revistas
de oropeles sin sentido,
donde libros y alegrías
se juntaban en sus signos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/12

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