UN DÍA DE SILENCIO...


Un día de silencio
mirando hacia delante,
atrás quedan los campos
y tiempos de saudades.

Quizás, por eso mismo,
merece ver las tardes,
las nuevas amapolas,
precoces, que se abren.

Merece ver la vida,
vivir sus realidades,
andarla paso a paso
sentirla como sale.

Saber que cada día
se parte en dos mitades,
mañanas primorosas
y ocasos puntuales.

Un día de silencio
y largas soledades,
en medio está la vida
que roza los cristales.

Reflejos ambarinos
nos llegan de los mares,
penetran por los ojos
y ofrecen sus verdades.

Salitres y resacas
que son como timbales,
nos muestran tantos sueños
de niños en los parques.

Y allí, rompe el silencio,
los juegos y las frases,
de niños y mayores
queriendo ser hoy alguien.

"...Un día de silencio
se extiende por las calles,
y hay almas atrevidas
pidiendo que esto acabe..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/15

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