EL DÍA SE HA TERMINADO...


El día se ha terminado
porque quiere descansar,
en un lecho de diamantes,
y la noche de guardián.

Ya descansan las palomas,
las gaviotas y la mar,
y en la costa, perezoso,
hoy planea un alcatraz.

Dos barquitos, a lo lejos,
se confunden con la sal,
en las olas, perezosas,
que se anean al compás.

Una luna, muy bonita,
ya se asoma con su faz,
con su cara plateada
y sus ojos de cristal.

Ya la noche va llegando
a este día que se va,
que se duerme, muy cansado,
entre nubes de azafrán.

Y es entonces, que te busca,
y no para de llamar,
esta alma, tan inquieta,
que es la mía y sin fanal.

Y te llamo entre las sombras
y no ceso de mirar,
por si vienes, por si pasas,
a mi lado en el marjal.

Al final yo te diviso
con tu paso peculiar,
vas y vienes por la noche
y caminas hacia atrás.

"...Este día, que termina,
tú te entregas, sin dudar,
a mis brazos y a mis labios
con tu cuerpo celestial..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/15

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