VOLABAN LAS MARIPOSAS...


Volaban las mariposas
entre nieblas y papel,
volaban mientras bailaban
dando giros del revés.

Yo miraba y contemplaba
sus piruetas con placer,
esas danzas sin sentido
como flores de un clavel.

Y soñaba suspirando,
con envidia, puede ser,
de tener esas alitas
y marchar hacia el edén.

En los niños es posible
el soñar con el después,
y en dejar en un suspense
lo factible y el tal vez.

Se hacen guiños a las letras
y se ven como un deber,
unas hojas muy escritas
que no hablan del bajel.

Ni tampoco de piratas
y corsarios con su tez,
con un ojo muy tapado
y que el otro escupe hiel.

Hay ausencia de princesas
y sonrisas para ver,
y castillos y caballos
y poetas y doncel.

Pero en medio de la niebla
hay un algo que se ve,
a tres lindas mariposas
sobre un libro que leer.

Ellas siguen con sus vuelos
y su busca tras la miel,
con la niebla y sin la niebla
que alguien sopla desde ayer.

Es inútil la pregunta
la respuesta está en ser fiel,
en seguir, como ellas siguen,
en su vuelo sin ceder.

Porque puede que la niebla,
y hasta incluso que la sed,
nos impidan dar los pasos
por cansancio y dejadez.

Más no importa, en nuestro vuelo,
peregrinos, del ayer,
caminamos entre brumas
día y noche en el arcén.

"...Volverán las mariposas
con su gracia y su saber,
a dejarnos fantasías
con su vuelo y su vaivén..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/03/13

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