ERA UN PERRO GRUÑÓN Y TESTARUDO...



(A Foxty...)

Era un perro gruñón y testarudo,
arrastrando sus años y melenas,
un amigo leal y un tanto ciego
que a las niñas gustaba su presencia.

Pero un día, ya un tanto renqueante,
se marchó en un viaje a las estrellas,
a ladrar a los astros y luceros
y también cuando pasan los cometas.

Él quería ser guarda y vigilante
y prestar muy atento su encomienda,
impidiendo que entraran los extraños
y que nadie usurpara su correa.

Yo le escucho en las noches, cuando miro,
a ese cielo de luces con la niebla,
y hasta veo en la luna recortada,
a su linda figura que bosteza.

Era un perro gruñón y testarudo,
un amigo incansable de su huerta,
que cuidaba de propios y de extraños
con el bronco ladrido de su lengua.

Hoy las niñas le lloran en silencio
reprochando el vacío que les deja,
en el viaje, imprevisto hacia los cielos,
para ser centinela en las mareas.

Cuando miren las niñas, otras noches,
sentirán el ladrido que les llega,
más allá de las nubes y las sombras,
con el canto de estrellas y sirenas.

Porque el Foxty está vivo y coleando,
y hace guardia, por fin, en la frontera,
de una aduana de perros peregrinos
que a los cielos caminan por la senda.

"...Era un perro gruñón y testarudo,
un amigo de aquel que lo quisiera,
más guardaba con celo y arrogancia
el humilde rincón de su parcela..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/03

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