¡AY DEL AMOR...!


¡Ay del amor!,  que surge tan esquivo
y pasa de puntillas por la vida,
quizás es un ardiente fugitivo
huyendo de algún pecho y de tu herida.

Aunque también es tierno y compasivo,
es el candor de rosa florecida,
es el laurel y rama del olivo
que busca con pasión una salida.

Se puede suspirar eternamente
clamando por amor en la mañana.

Se puede responder serenamente
que no es el corazón quien siempre gana.

Mas dice la razón, muy brevemente,
que el alma sin amor se vuelve arcana.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/13

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