EN EL TREN DE LOS SUEÑOS...


En el tren de los sueños
yo perdí la razón,
y también la sonrisa,
hacia un mundo mejor.

En sus viejos vagones,
con hollín y carbón,
se apagaron los leños
de aquel fuego traidor.

Esa llama brillante
que el nordeste fundió,
y quedaron sus brasas
suplicando un adiós.

Una eterna plegaria
y el tic-tac de un reloj,
una iglesia vacía
sin candor ni oración.

En el tren de los sueños
yo te vi, dulce amor,
con tu cara tan linda
disfrutando del sol.

Fue una tierna mirada
y una gran sensación,
yo buscaba tus ojos
tú soñabas por dos.

En tu barca de seda
perseguías a dios,
sin velamen ni remos
y también sin timón.

Perseguías un mundo
de distinto color,
donde vida y semilla
fueran frutos de unión.


"...En el tren de los sueños
se avivó mi candor,
al mirarte y besarte
con ardiente pasión..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/15

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