ES EL FUEGO...


Es el fuego enemigo candente
y el que quema si tocas sus brasas,
es también productor de cenizas
con la escoria que el viento levanta.

Pero el fuego mortal que hemos visto
es figura también que se escancia
a través de pavesas hermosas
y de ríos candentes de lava.

Aunque hay fuegos sagrados en versos
y poemas que así lo proclaman,
recordando la historia y la vida
de momentos y gestas pasadas.

Otro fuego se aviva en los ojos
y en pupilas que dejan palabras,
es el fuego sutil de los hombres
y el que abarca, también, a sus almas.

Pero el fuego, primero, que digo,
el que arrasa con ansia las casas,
es el fuego, voraz, que unas manos
provocaron, carentes de causa.

Unas rajas nacientes en prados,
escobales, espinos y matas,
marabunta de plantas nocivas
asfixiando a la vida temprana.

Porque el hombre que crea el problema,
el pastor del terruño y las vacas,
es aquel que se enfrenta primero
al problema del fuego que avanza.

Sin embargo se escudan cobardes
tras la dulce figura narrada,
son personas quizás enfermizas
y que buscan su orgasmo en las llamas.

"...Es el fuego enemigo candente
y también un amigo sin tacha,
precursor de purezas y siembras,
con mil rosas en él desatadas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/16

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