TÚ CORRE, MUCHACHA, CORRE...


Tú corre, muchacha, corre,
no mires atrás por nada,
agudiza tus sentidos
aunque vayas hoy descalza.

No permitas que la muerte
tienda redes a tus alas,
ni te acorten los suspiros
las mil trampas que te lanza.

Esos sueños que tú tienes
los envidia ya la parca,
y te acosa y te atosiga
con promesas infundadas.

Pero tienes en tus ojos
la mirada limpia y clara,
ese néctar de la vida
que cultivas y proclamas.

Por eso no te detengas
ni hagas caso a las palabras
que te ofrezcan mariposas
y jardines con el alba.

Es perfecta tu carrera
por callejas y cañadas,
aunque sufran tus rodillas
y tus piernas sin sandalias.

Que no llegue a ti, la sombra,
que la muerte así te manda,
y que oculta entre la bruma
de una noche cruel y larga.

Ten presente que la vida
es un rayo de esperanza,
un susurro de los dioses
y un presente que se escapa.

"... Tu corre, muchacha, corre,
no te aferres a nostalgias
que la muerte no te atrape
ni me robe tu mirada..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/05/16

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