ME GUSTAN, COMO A TI, LAS MARIPOSAS...



Me gustan, como a ti, las mariposas
y espero de sus alas mil deseos,
en unos la alegría de la vida
en otros la sonrisa de los cielos.

Es bello contemplar como regresan
y llegan a nosotros con el viento,
parece que la vista se transforma
y cambia el colorido de los cielos.

Entonces reconozco que el presente
contiene los matices de mis sueños,
aquellos de unos tiempos ya pasados
plasmados en instantes hoy eternos.

Se quedan silenciosas las palabras,
igual que los momentos y recuerdos,
de un tiempo superado del pasado
cambiado por la mano de algún necio.

Por eso al contemplar las mariposas
suspiro como el niño muy travieso,
que juega con paletas y pinceles
y mancha las cuartillas con sus dedos.

Ignora lo que es la geografía,
el vuelo de la alondra por los cielos,
la fórmula sagrada de un poema
y el cáliz sacrosanto de los versos.

No importa, para él, todo ese mundo
tan lleno de atractivo y de embeleso,
si acaso le preocupa la alegría
y el rostro de su madre tan sincero.

El niño quiere ver las mariposas
tan cerca, que quizás, estén muy dentro,
allí donde su alma y su inocencia
confluyen la cordura en un misterio.

"...Me gustan, como a ti, las mariposas,
pequeño Peter Pan de nuestros cuentos,
por eso las contemplo y las admiro
y plasmo en estas letras lo que pienso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/16

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