NO BUSQUES EN LOS LABIOS...



No busques en los labios la sonrisa
del pecho que solloza por la fiebre,
es fácil que la misma esté apagada
igual que las pupilas muy ardientes.

Recuerda que los niños que sonríen
lo hacen sin pensar y sin dobleces,
no esperan a que lleguen los aplausos,
si acaso los abrazos que les dejen.

Por eso compadece a la figura,
perlada de sudores en las sienes,
y busca entre sus ojos la alegría
velada por la niebla y los reveses.

Los hombres necesitan de sonrisas
y entonces las persiguen muy valientes,
no saben, ni calculan que sus fuerzas
se encuentran en el reino de los débiles.

Si piensas escalar una montaña
recuerda los senderos, en la nieve,
y busca los rodeos necesarios
a fin de coronar, bien, esos frentes.

Entiende las señales de las nubes,
no dudes de los cielos tan celestes,
repasa el material que necesitas
y escala, sin dudar, la roca agreste.

No olvides, por supuesto, los jardines,
las rosas de tu tierra y los claveles,
las ramas deliciosas de los sauces
las hayas y los robles sonrientes.

Recuerda que la vida es un suspiro,
que somos algo así como cipreses,
estamos y crecemos esperando
la mano que nos tome y que nos lleve.

"...Si quieres la sonrisa de unos labios
mitiga de los mismos lo que duele,
y llévales el labio deseado
y el beso presuroso que ellos quieren..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/07/16

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