A VECES SE CONGELA EL SENTIMIENTO...


A veces se congela el sentimiento
por falta de ilusión en las palabras,
preguntas que se hacen al vacío
de labios que transitan por la nada.

Vivimos encerrados en nosotros
huyendo de respuestas y esperanzas,
tal vez con mucho miedo en nuestro cuerpo
que peca de indolente en esta farsa.

Porque ese sentimiento congelado
produce gran dolor en las entrañas,
y puede que la muda indiferencia
nos ciegue y envenene sin tardanza.

Se queda el corazón acongojado
y surge, de repente, la nostalgia,
volvemos al pasado y los recuerdos,
a un mundo caducado en la distancia.

A veces se congela el sentimiento
carente del amor que le hace falta,
no tiene mariposas a su alcance
ni rosas y violetas en el alma.

Vivimos en un mundo de ficciones
buscando alrededor las cosas vanas,
aquellas que levanten los sentidos
y engañen a los mismos con sus armas.

Porque es el sentimiento el que se excita
y acude a la utopía que le engaña,
lo hace sin saber que sus promesas
son simples marionetas de una danza.

Se queda la ilusión también herida
y sufre el corazón por esa daga,
la espina y el dolor causan gran daño
y hay lágrimas de sangre derramadas.

A veces se congela el sentimiento
y entonces el amor es la patraña,
la excusa permanente en nuestros labios
y aquello tan soñado en nuestra infancia.

Vivimos en un mundo diferente
cercado de caricias desde el alba,
andamos entre nieblas y entre brumas
tratando de apartar mil telarañas.

Porque ese sentimiento está dormido
queremos despertarlo sin  tardanza,
conscientes del reloj, y nuestro tiempo,
que llega, que se aleja y nos rebasa.

Se queda el frío acero en el costado
tratando de arrancar unas migajas,
un átomo de paz entre las venas
que lentas, poco a poco se desangran.

"...A veces se congela el sentimiento
y es culpa del Amor esta metáfora,
amamos por amor intensamente
que puede que olvidemos las palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/14

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