HOY DECIDÍ NO ESCRIBIR...


Hoy decidí no escribir,
ya que pienso, ¿para qué?,
escribir es de valientes
y no lo fui ni seré.

Si te guardas muchas cosas,
si a todo dices amén,
es posible, que en la vida,
veas todo del revés.

A los cielos por la tierra,
a la tierra en la sartén,
a los mares boca abajo
y a las barcas en la red.

La confusa telaraña
de la vida y de la fe,
con las dudas y misterios
que nos hace estremecer.

Hay anuncios agoreros
de conciencias y estrechez
que proclaman libertades
y que venden lo que ven.

Ven la oscura marabunta,
que camina sin saber,
tras banderas y siluetas
con mesanas al revés.

Libertad es la consigna
para hacer y deshacer,
"libertad para mí mismo
y al que venga que le den"

Es muy fácil pronunciarse
y decir una sandez,
lo difícil es vivirlo
y subirse bien al tren.

Porque somos peregrinos
de una vida y no de diez,
y tenemos un billete
de partida sin volver.

Cada vida es un enigma,
una rosa y un laurel;
¿dónde empieza pues la vida
y termina así de ser...?

Todos somos finos jueces
y escanciamos un jerez,
proclamando las palabras
"libertad a la mujer"

Mas yo pienso en otra sombra,
en el feto y el clavel,
en la vida que allí late
casi, casi, sin querer.

Libertad es la palabra
la bandera y el sostén,
la consigna de unos labios
temblorosos y de miel.

Yo me quedo ensimismado
y hasta lloro sin querer,
no he querido que estos versos
causen pus y luego hiel.

Yo quisiera que los seres
fueran ellos, sin doblez,
sin consignas ni banderas
y actuaran siempre bien.

Porque entonces, cada uno,
juzgaría su papel
con el alma así, desnuda,
y en conciencia cada ser.

Y por eso me retiro,
como vine y empecé,
hoy no escribo muy a gusto
ya que pienso y no soy juez.

Rafael Sánchez Ortega ©
01/02/14

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