EN UN TROZO DEL PAÑUELO...


En un trozo del pañuelo
se concentran cuatro gotas,
cuatro perlas del rocío,
cuatro lágrimas traidoras.

Van allí, desde tus ojos,
a dormir entre las sombras,
y se cierran las pupilas
y pestañas perezosas.

Y se cierran en un cofre
de marfil y de caoba,
donde duermen tantos sueños
por las horas de las horas.

Se han secado los ojitos
de las lágrimas burlonas,
y el rocío de los campos
se ha secado sin demora.

Es por eso que ahora miro
las palabras seductoras,
y las veo tan lejanas
como dagas en la alcoba.

Como espinas sugerentes
portadoras de las rosas,
de promesas tan perfectas
que es inútil la derrota.

Yo sonrío tristemente
y recuerdo las alondras,
a las nubes de colores
y cometas con sus colas.

Todo ello está en mi mente
y de forma caprichosa,
y está allí, en un pañuelo,
con las gotas que reposan.

"...En un trozo del pañuelo
he dejado cuatro notas,
dos son tuyas vida mía
y otras dos las que me tocan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Haus, Schladming
11-09-14

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