HE BUSCADO LA MANO DE NIEVE...


He buscado la mano de nieve
que arrancaba la nota al piano,
y encontrado unos dedos divinos
que mis labios nerviosos besaron.

Yo sentí, como el fuego divino
inflamaba mi sangre despacio,
y los sueños de lirios y rosas
se quedaban conmigo, flotando.

Allí estaba la garza sin nombre,
la paloma que roza mi mano,
y una rima surcaba los cielos
rescatada por versos extraños.

¡Cuánta gracia sutil y envolvente
me dejaban los dedos que hablo,
y también cuánta paz y alegría
derramaban, arriba, los astros!

Pero todo quedaba en silencio
al volver esos dedos tan largos,
a pulsar a las teclas de nácar
y sacarles su risa y su llanto.

Allí estaba la flor marchitada,
el paciente y sesudo geranio,
y las hojas doradas de otoño
de los robles, las hayas y álamos.

Pero surgen girones de brisa
con el viento de otoño tan bravo,
y una vela fugaz, parpadea,
y las sombras nos dejan su adagio.

Yo quisiera atrapar una estrella
y volar hacia Dios en el acto,
y dormirme en un sueño profundo
y sentirme arropar por sus brazos.

"...He buscado la mano de nieve
y encontré a unos dedos temblando,
unos dedos buscando mi alma
y que llevo, despacio, a mis labios..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/14

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