ME ABANDONO A LOS BRAZOS DE MORFEO...


Me abandono en los brazos de Morfeo
y, dormido, me quedo en la distancia,
quizás huyo del mundo, como un reo,
intentando embriagarme en su fragancia.

No sé bien las razones y el deseo
que me llevan sin más, a esta vagancia,
esta falta de fuerzas, cual goteo,
que me vuelven al mundo de la infancia.

Yo quisiera ser una mariposa
y volar por los campos siderales.

Y quisiera ser trigo, en los trigales,
y hasta el cáliz sin nombre de una rosa.

Pero soy el que soy, con esta prosa,
de locuras, poemas e ideales.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/14

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