¡QUÉ LENTO SE PASA EL TIEMPO...


¡Qué lento se pasa el tiempo
cuando te escuece la herida,
esa que anida en el alma
y echa de ti la alegría!

Pero mantén la esperanza
y nunca olvides la orilla,
donde se juntan las olas
con una débil sonrisa.

Olas de sal y blancura
llenas de amor y alegría,
olas que van y que vienen
con su melena extendida

Deja que lloren tus ojos
y que se apague la risa,
otra vendrá hasta tus labios
con una rosa prendida.

¡Qué lento se pasa el tiempo
y ese tic-tac no termina,
suena que suena la aguja
de este reloj que es la vida!

Pero no tiembles y siente
como una mano sencilla,
toma a tus manos despacio
para besarlas sin prisa.

Ondas de paz por los aires,
lazos de azul con sus cintas,
ojos que esperan palabras
en las miradas sencillas.

Deja de un lado los miedos
y que los cubra la brisa,
esa que llega despacio
con esa niebla infinita.

¡Qué lento se pasa el tiempo
y cuánto pesan los días,
en este otoño que acaba
mientras el alma suspira...!

Rafael Sánchez Ortega ©
11/12/14

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