EN TUS OJOS...



En tus ojos no había ni una nube
y los mismos emitían mil reflejos,
buscando, sin cesar, un tanto lejos,
el paso del que sigue y del que sube.

El néctar de ese vino que en su entube
macera su solera sin complejos,
igual que los otoños de los viejos,
buscando en el poema su querube.

Palabras que se dicen sin alarde
y brotan a pesar de la distancia
tratando de llegar de tarde en tarde.

Me queda tu pupila de la infancia,
espero que la misma me resguarde
y siga, junto a mí, sin petulancia.

Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/17

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