SE QUEDARÁ GRABADO EN EL CEREBRO...


Se quedará grabado en el cerebro
un grito pronunciado sin palabras,
la eterna soledad de los ausentes
carentes de latidos y en la nada.

Sacude ya la culpa con los miedos
y busca simplemente en las entrañas,
las olas y resacas tan profundas
causantes de las dudas de tu alma.

Atrévete a mirar esas pupilas
que otean, a su vez, en la distancia,
tratando de encontrar en el cuaderno
las gotas con la esencia que proclamas.

Los versos desgarrados de la vida,
las letras vacilantes, descarnadas,
que un día recogiste por los campos
sacándolas del fango y las cloacas.

No quiero que te quedes con el miedo
ni tiembles cuando suenen las campanas,
las olas de la vida son eternas
igual que las mareas y resacas.

Un día sentirás en lo profundo
un grito, como el eco de la infancia,
la súplica sin nombre ni destino
que avive los rescoldos y las llamas.

El grito de los pobres de la tierra
que piden la limosna tan ansiada,
el pan y la escudilla de alimento
que tape las vergüenzas de sus lágrimas.

El grito de los niños sin cariño
que anhelan la caricia limpia y clara,
aquella que olvidaron, con las prisas,
los padres, presurosos, en sus casas.

El grito de ese Amor, al que negamos,
la entrega y sacrificio por su causa,
quizás porque queremos la evidencia
de vidas transitorias, ya marcadas.

"...Se quedará grabado en el cerebro
un nombre y una imagen que reclama,
pidiendo que la saques del silencio
y calmes las pasiones de su alma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/13

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