YO NO SÉ SI ESCUCHASTE...


Yo no sé si escuchaste
aquel grito y tu nombre,
más si sé que las rosas
escucharon mis voces.

Pero todo fue en vano,
en el día sin nombre,
y quedé solitario
con las olas que rompen.

Yo escuché los susurros
de los bosques sin nombre,
y el lamento sublime
que dejaban los robles.

Los extraños latidos,
del reloj que conoces,
señalaron las horas
omitiendo tu nombre.

Fue quizás un chasquido
del relámpago enorme,
el que abrió las ventanas
pronunciando tu nombre.

Fue tal vez la garúa
con su llanto en la noche,
quien rasgó tus oídos
murmurando mi nombre.

Y también la fortuna,
y con ella el desorden,
avivaron la llama
musitando mi nombre.

"...En un día cualquiera
te llamé, como entonces,
y las rosas lloraron
silenciando tu nombre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Huesca, 26/05/13

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