POR UNOS DÍAS CERRARÉ LA PUERTA...


Por unos días cerraré la puerta
y también la ventana de mis versos,
me iré hasta unas tierras tropicales
para andar por montañas y senderos.

Me voy, pero se quedan con vosotros,
un poco de mi vida y de mis sueños,
la eterna fantasía del poeta
que busca los latidos de lo eterno.

Prometo emborracharme de belleza
y pronto transmitiros mis recuerdos,
colores variopintos, singulares,
mezclados con la música del viento.

La vida nos suspira cada día
y deja mil caricias en el tiempo,
quizás como la brisa, que en la playa,
aviva las arenas a los cielos.

Hay niños que persiguen a las olas
y hay olas que a los niños dan un beso,
no entienden los mayores las razones
e ignoran los motivos de este juego.

Pero es la poesía de la vida,
la dulce algarabía de los cuerdos,
aquellos que cegados de locura
persiguen el amor por los desiertos.

Y siguen tras los sueños infantiles,
recorren los espacios más diversos,
escalan las montañas más altivas
y bajan sin dudar a los infiernos.

Valientes marineros de agua dulce,
enormes Don Quijotes en borregos,
y así, entre ficción y fantasía,
se tejen las leyendas y los cuentos.

Me quedo con los versos vacilantes,
con labios suplicantes de deseos,
con ojos que miraban las estrellas
y oídos que escuchaban a lo lejos.

Pero esa sensación inenarrable
la viven los poetas sin saberlo,
la llevan en la flor de los sentidos
atenta a los latidos más inquietos.

Espero que los mares me respeten,
igual que las galernas del invierno,
que acepten esta ausencia voluntaria
y dejen al verano soñoliento.

Que acabe y que termine su andadura,
que siga este septiembre solariego,
yo quiero que sus rayos nos abracen
y traigan el candor a nuestros cuerpos.

"...Por unos días cerraré la puerta
y también estos versos tan sinceros,
me voy para buscar la poesía
allá donde se encuentren sus reflejos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/13

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